Desde muy joven he sido una persona muy sensible y empática. Me involucro en los problemas de las personas que están cerca de mí y siempre estoy dispuesta a escucharlas y tratar de ayudarlas. Por eso pensé que debía buscar la mejor forma de prepararme, física y mentalmente, para conseguir ayudarme a mi misma y a los demás de forma más eficaz.
Como desde pequeña me ha encantado bailar, practiqué ballet clásico desde los 3 hasta los 18 años, lo que me ayudó a entender y tomar conciencia de mi propio cuerpo, conseguir mayor coordinación corporal y obtener una gran disciplina. Aprendí a comprometerme con mi práctica, sacrificando horas de juego y de distracción por realizar lo que realmente me apasionaba.
En un primer momento, la razón que me llevó al yoga fue la de buscar solución a algunas de mis necesidades, pues su práctica me permitía seguir moviendo mi cuerpo, -una vez abandonadas las clases de ballet- y, por otro lado, me servía para reducir el estrés de mi etapa universitaria.
Mi primer encuentro con el Yoga fue en 2005, en mi ciudad natal, La Laguna, Tenerife. Pero no fue hasta que me mudé a Australia cuando comencé a asistir regularmente a clases y a desarrollar mi interés y participación en la meditación y la práctica física de Vinyasa Yoga. Pronto aprendí que el yoga es mucho más que una práctica, es una forma de vida. Por eso, después de recibir clases durante años, decidí dar un paso más e ir en busca de una comprensión más profunda del significado del yoga y formarme mejor. Mi camino para convertirme en profesora de Vinyasa Yoga me llevó primero a Bali, donde completé 200 horas de formación en Ubud. Pero comprendí que si quería involucrarme en su esencia más profunda debía ir al lugar de nacimiento de esta disciplina en la India, por lo que aterricé en Rishikesh, la Capital del Yoga, donde completé 300 horas de RYS.
Después de viajar por el mundo, enseñar y recibir, aprender y compartir, hoy estoy de vuelta en Tenerife, con muchas ganas de compartir todo lo que he aprendido hasta ahora. Quiero mostrarles cómo el yoga me ha inspirado y cómo ha cambiado completamente la forma en que veo y vivo mi vida. Con una Licenciatura en Economía y un Máster en Educación, créanme, nunca pensé que me convertiría en profesora de Yoga. Pero una vez que revelas el poder dentro de ti, no hay límites. El yoga se trata de unión, conexión, compasión, luz, amor y paz. Y todos estos conocimientos me gustaría compartirlos con ustedes.