El color verde de la serafinita, propio de la mayoría de las cloritas, le confiere unas propiedades armonizadoras, neutralizadoras, de limpieza y conexión con el chakra del corazón. Se asocia a los seres angelicales y se dice que es de ayuda en la evolución espiritual y en la autocuración.
La pirolusita es conocida por su gran capacidad de reestructuración a todos los niveles y por su fuerza trasmutadora. Ayuda a fortalecer al aura, propiciando la firmeza en uno mismo frente a personas o situaciones influyentes y desfavorables. La pirolusita aporta confianza, optimismo y determinación. Ayuda a profundizar en las dificultades y a encontrar medios para la transformación. A nivel físico se dice que la pirolusita regula el metabolismo, activa el riego sanguíneo y la sexualidad, ayuda a superar la bronquitis y mejora la vista.
La pirolusita dendrítica se considera una piedra transmutadora y de conexión con la madre Tierra. Ayuda a enraizar y a fortalecer al aura, propiciando la firmeza en uno mismo. La pirolusita dendrítica aporta confianza, optimismo y determinación. Ayuda a profundizar en las dificultades y a encontrar medios para la transformación. A nivel físico se dice que la pirolusita regula el metabolismo, activa el riego sanguíneo y la sexualidad, ayuda a superar la bronquitis y mejora la vista.
La prehnita se considera la piedra sanadora de los terapeutas. Es una piedra de amor incondicional que infunde calma y paz. Aligera el alma de las cargas energéticas acumuladas, favorece el crecimiento espiritual y proporciona protección energética. Se dice que la prehnita nos recuerda la conexión con la naturaleza y que ayuda a sanar las carencias internas para recuperar la confianza en uno mismo y en la vida.
El ópalo se considera un mineral de vibración potente que activa el “despertar”. Se asocia con el amor y la pasión. Fomenta la creatividad y la espontaneidad, intensifica los estados emocionales y ayuda a liberar las inhibiciones. Potencia la autoestima y las ganas de vivir. Se recomienda no mezclarlo con otros minerales. A nivel curativo el ópalo ayuda a sanar todo tipo de dolencias psicosomáticas.
El quantum cuatro se considera una piedra sanadora y transformadora. Favorece la sanación del campo energético y el equilibrio del cuerpo, la mente y las emociones. Aporta protección, claridad y visión. Potencia la creatividad, el poder personal y la aceptación. Ayuda a liberar emociones y patrones antiguos, en especial las heridas del niño interior. A nivel físico se dice que ayuda a restablecer la salud y el equilibrio del cuerpo, que fortalece el sistema inmunitario y la curación del ADN.
La petalita se conoce como una piedra chamánica. Se le atribuye una vibración elevada que ayuda a abrir la conciencia cósmica y espiritual. Es una piedra que favorece la meditación y la purificación. Ayuda a revisar y transmutar las causas de los desórdenes internos y a sanar lazos familiares ancestrales. Activa y energiza todos los centros de energía y proporciona protección y limpieza. Físicamente se dice que la petalita actúa sobre el sistema endocrino.
La quiastolita se considera una piedra de coraje y transmutación. Antiguamente se utilizaba como protección de maldiciones. Suele utilizarse para afrontar los cambios y ayuda a transitarlos con el fin de alcanzar la harmonía. La quiastolita favorece la resolución de problemas y fomenta la visión realista. Ayuda a calmar los miedos y a recuperar la autoestima.
La piedra luna adularia tiene las mismas propiedades que la piedra luna arco iris, las dos representan el equilibrio. Son de gran ayuda para calmar y equilibrar las emociones y fomentar un estado de paz y tranquilidad. Puesta sobre el plexo solar o en el centro chi ayuda a crear este equilibrio. La piedra luna también representa la naturaleza cíclica del ser humano y favorece el equilibrio emocional, mental y físico en los procesos de crecimiento interior.
La rodocrosita estimula y equilibra la zona del corazón, procurando la comprensión, la autoestima y el coraje. Es una piedra que ayuda a armonizar el mundo interior a través de la liberación emocional. La rodocrosita representa el amor desinteresado y la compasión. Ayuda a activar la vitalidad y a elevar el estado de ánimo. A nivel curativo refuerza el corazón y los pulmones.
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